Por qué es importante la acústica
Un entorno tranquilo es una necesidad básica del ser humano. Sin embargo, solemos estar expuestos a un trasfondo sonoro perpetuo de la mañana a la noche, desde el sonido del despertador hasta el murmullo de las conversaciones generado en las grandes oficinas modernas. En el lugar de trabajo, la calidad de la acústica espacial se considera uno de los factores más importantes para el bienestar. Diversos estudios han demostrado que la acústica de un recinto no solo repercute en la productividad, sino también en la calidad general del trato entre compañeros de trabajo, e incluso en la propia salud. Nuestro objetivo es crear espacios en los que las personas se sientan relajadas, seguras y productivas. Con ese propósito hemos creado una gama de productos en la que la iluminación y la acústica espacial interactúan armoniosamente. Las soluciones de acústica e iluminación ofrecen condiciones de alumbrado óptimas y un entorno acústico equilibrado que mejora la concentración, fomenta la interacción social y genera un bienestar completo. The power of silence.
El ruido nos hace enfermar
En su presencia, nuestro cuerpo libera hormonas del estrés que a la larga nos hacen enfermar
El ruido genera estrés y esta reacción está relacionada con la evolución: las señales acústicas desencadenan reacciones que preparan nuestro cuerpo para la lucha o huida. La liberación de hormonas como la adrenalina incrementa la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea, estrechando el campo visual y aumentando el aporte de oxígeno a los músculos. El cuerpo compensa produciendo más cortisol, lo que eleva los niveles de grasa y glucosa en la sangre. Estos procesos, útiles a corto plazo, nos hacen enfermar con la exposición continuada. Es irrelevante la causa del ruido: el cuerpo reacciona igual ante ellos, incluso si hoy en día los ruidos solo indican peligro en casos excepcionales. Un entorno acústicamente equilibrado reduce los síntomas físicos del estrés y tiene un efecto positivo en la salud a largo plazo.
El ruido nos desconcentra
Un susurro basta para interrumpir nuestras fases de concentración
Un susurro tiene una intensidad de tan solo 30 dB, pero es capaz de influir negativamente en nuestro estado psíquico y nuestro rendimiento cognitivo. Tras una distracción mínima en el puesto de trabajo, tardamos de media unos 25 minutos en retomar nuestra tarea y otros ocho en alcanzar de nuevo el grado de concentración original.1) Los estudiosos denominan a este proceso que va desde la caída abrupta a la ardua recuperación del nivel de rendimiento «efecto diente de sierra». Una buena acústica ambiental mejora la concentración en tanto que reduce al mínimo las distracciones provocadas por el ruido.
El ruido nos aísla
Cuanto más ruidoso es el entorno, más se reduce la comunicación entre las personas
Para satisfacer las necesidades de privacidad en oficinas abiertas, a veces la única opción es replegarse con auriculares. En estos espacios, los contactos personales disminuyen, y la comunicación cara a cara se reduce un 70 % en comparación con oficinas pequeñas. Los empleados optan por correo electrónico y mensajería instantánea. Una acústica equilibrada limita la propagación del ruido, generando la intimidad necesaria para mantener conversaciones. Por ello, la planificación acústica es esencial para crear un entorno de trabajo social y productivo donde las personas se sientan conectadas.
Fuentes:
1) González, Víctor M.: “No Task Left Behind? Examining the Nature of Fragmented Work”, 2005.
2) Bernstein, Ethan S. and Turban, Stephen: “The Impact of the ‘Open’ Workspace on Human Collaboration”, 2018.
3) Sykes, David M.: “Productivity: How Acoustics Affect Workers’ Performance in Offices & Open Areas”, 2004.
4) Según el barómetro de creación de valor de la Cámara de Industria austríaca, la creación de valor por trabajador en 2019 fue de aproximadamente 100.000 €; Cámara de Industria de Viena y de Alta Austria: gráfico “Barómetro de creación de valor de la Cámara de Industria; excedente de creación de valor en relación con gastos de personal por cabeza en euros”, 2020.